The Moment You Return to Yourself
A reflection on choosing your truth, meeting safety, and falling in love with your own life
I. When You Choose Yourself
When you don’t need to be chosen anymore because you finally chose yourself, something inside your life shifts at a cellular level. And I don’t mean this in a cliché way. Choosing yourself isn’t buying flowers or journaling once a week. It’s the moment you stop abandoning your needs. It’s saying no when your body tightens and walking away from dynamics that drain you. It’s not shrinking to keep the peace and allowing yourself to want more without apologizing.
Choosing yourself is the close, deep, sometimes uncomfortable commitment of treating your own truth as sacred. And what’s funny is that the more I choose myself, the less I chase anything. Not love, not attention, not belonging. I live my life, I live in my life and I fall a little in love every day: with the way a tree moves in the wind, with a child laughing like the world is brand new, with the exact shade the sky becomes at sunset, with the songs that remind me I have a pulse, with the softness that appears in my chest when I remember how far I’ve come.
I’ve always carried this inner certainty, call it God above, God within, intuition, soul or magic. It’s the quiet knowing that something in me is ancient and alive and guiding me. And the more I listen to my body, the louder it becomes.
II. Earthly Awareness
That’s why I call it earthly awareness. Awareness that lives in the skin, in the breath, in the stomach, in the heart. Awareness that doesn’t try to escape the human experience but drops deeper into it. Because spirituality that disconnects you from your humanity is just another mask. And I’ve worn enough masks in this lifetime.
Healing started inside me: in the silence, in the shaking, in the tears that came from places I couldn’t name. But healing doesn’t end there. You can understand your patterns, rewrite your beliefs, integrate your inner child…but at some point, you have to walk into the world and let life speak back to you.
III. New Dynamics, New People
You need new dynamics, new reflections, new people who meet you from safety instead of survival. And this is the strangest, most beautiful part: When a safe person appears, your body reacts before your mind does. Safety feels soft and terrifying at the same time. Like your nervous system doesn’t know whether to melt or run. You feel calm… and then suddenly exposed. You’re seen… and your old patterns try to protect you. You want to trust… but your trauma whispers, “Are you sure?”
And yet:
Safe people stay.
They don’t rush.
They don’t punish your vulnerability.
They speak clearly.
They listen with intention.
Your silence doesn’t scare them.
Your emotions don’t overwhelm them.
Your truth doesn’t make them leave.
They meet you where you are, with honesty, with presence and with open hands.
IV. A Different Universe
It’s a completely different universe for someone who has lived in survival mode. But once you taste it, something inside you exhales: Oh… this is what it feels like. This is what it feels like not to perform, not to guess, not to hide or to feel responsible for another’s reaction. Just two humans showing up as they are, learning each other gently, step by step.
And the most surprising thing? You would have never recognized this kind of person back when you were living from your wound. Your healed self is the one who could finally see them. Because when you choose yourself, life starts choosing with you. We’re mirrors after all.
V. The Inner Arrival
And now I understand something I didn’t before: Life starts feeling like falling in love not because someone else arrives, but because you finally arrived in yourself.
VI. Enlightenment as Creation
That inner arrival, that creative spark, that soul-force: that is enlightenment. And enlightenment can be lights, angels, transcendence, but it is also the human, grounded choice to create beauty, to see beauty, to be beauty in your daily life.
VII. The Creator Within You
You are a creator. That is your superpower. You create spaces, ideas, movements, conversations, art… You create emotional clarity in others simply by being yourself. You create meaning even in the smallest things, and that is what makes you dangerous in the most sacred way.
Because creators change worlds quietly, from the inside out.
PS: Listen to “Divinize” by Rosalía (from her new album Lux) while you reread this. Let it play in the background, something in it might click softly inside you.
With love,
Maria Luisa
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El momento en que regresas a ti mismo
Una reflexión sobre elegir tu verdad, encontrar seguridad y enamorarte de tu propia vida
I. Cuando te eliges
Cuando ya no necesitas que te elijan porque finalmente te elegiste a ti, algo dentro de tu vida cambia a nivel celular. Y no lo digo en un sentido cliché. Elegirte no es comprar flores o escribir en un página en tu diario una vez por semana. Es el momento en el que dejas de abandonar tus necesidades. Es decir que no cuando tu cuerpo se tensa y alejarte de dinámicas que te drenan. Es dejar de encoger tu verdad para mantener la paz y permitirte querer más sin pedir disculpas.
Elegirte es el compromiso cercano, profundo y a veces incómodo de tratar tu propia verdad como algo sagrado. Y lo curioso es que mientras más me elijo, menos persigo algo externo. Ni amor, ni atención, ni pertenencia. Vivo mi vida, habito mi vida y me enamoro un poco cada día: del movimiento de un árbol con el viento, de un niño riendo como si el mundo fuera nuevo, del tono exacto del cielo al atardecer, de las canciones que me recuerdan que mi corazón late, de la suavidad que aparece en mi pecho cuando recuerdo todo lo que he recorrido.
Siempre he llevado dentro esta certeza, llámalo Dios arriba, Dios dentro, intuición, alma o magia. Es ese saber silencioso de que algo en mí es antiguo, está vivo y me guía. Y mientras más escucho a mi cuerpo, más se expande esa certeza.
II. Conciencia Terrenal
Por eso lo llamo conciencia terrenal. Una conciencia que vive en la piel, en la respiración, en el estómago, en el corazón. Una conciencia que no intenta escapar de la experiencia humana, sino hundirse más en ella. Porque la espiritualidad que te desconecta de tu humanidad es solo otra máscara. Y ya he llevado suficientes máscaras en esta vida.
La sanación empezó dentro de mí: en el silencio, en los temblores, en las lágrimas que venían de lugares que no podía nombrar. Pero la sanación no termina ahí. Puedes entender tus patrones, reescribir tus creencias, integrar a tu niño interior… pero en algún momento tienes que salir al mundo y dejar que la vida te responda.
III. Nuevas Dinámicas, Nuevas Personas
Necesitas nuevas dinámicas, nuevos reflejos, personas nuevas que te encuentren desde la seguridad y no desde la supervivencia. Y esta es la parte más extraña y más hermosa: cuando aparece una persona segura, tu cuerpo reacciona antes que tu mente. La seguridad se siente suave y aterradora al mismo tiempo. Como si tu sistema nervioso no supiera si derretirse o salir corriendo. Te sientes en calma… y de repente expuesta. Te ven… y tus viejos patrones intentan protegerte. Quieres confiar… pero tu trauma susurra, “¿Estás seguro?”
Y aun así:
Las personas seguras se quedan.
No tienen prisa.
No castigan tu vulnerabilidad.
Hablan con claridad.
Escuchan con intención.
Tu silencio no les asusta.
Tus emociones no los abruman.
Tu verdad no los aleja.
Te encuentran donde estás, con honestidad, con presencia y con las manos abiertas.
IV. Un Universo Diferente
Es un universo completamente distinto para alguien que ha vivido en modo supervivencia. Pero una vez lo pruebas, algo dentro de ti exhala: Ah… así es como se siente. Así es como se siente no actuar, no adivinar, no esconderte, ni sentirte responsable de la reacción de otra persona. Solo dos humanos mostrándose tal cual son, aprendiéndose con suavidad, paso a paso.
Y lo más sorprendente. Nunca habrías reconocido a este tipo de persona cuando vivías desde tu herida. Es tu yo sanado quien por fin pudo verles. Porque cuando te eliges, la vida empieza a elegir contigo. En definitiva, somos espejos.
V. La Llegada Interior
Y ahora entiendo algo que antes no entendía: la vida empieza a sentirse como enamorarse no porque alguien llegue, sino porque tú por fin llegaste a ti mismo.
VI. La Iluminación como Creación
Esa llegada interna, esa chispa creativa, esa fuerza del alma: eso es la iluminación. Y esta puede ser luces, ángeles, trascendencia, pero también es la elección humana y terrenal de crear belleza, de ver belleza, de ser belleza en tu vida cotidiana.
VII. El Creador en Tu Interior
Eres creador. Ese es tu superpoder. Creas espacios, ideas, movimientos, conversaciones, arte… Creas claridad emocional en los demás simplemente siendo tú. Creas significado incluso en las cosas más pequeñas, y eso es lo que te vuelve peligroso de la forma más sagrada.
Porque los creadores cambian el mundo en silencio, desde dentro hacia afuera.
PD: Escucha “Divinize” de Rosalía (de su álbum Lux) mientras relees esto. Déjala sonar de fondo, algo en ti podría hacer clic suavemente.
Con amor,
Maria Luisa.
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