Overloaded but human

Enough, guys

I don’t know about you, but sometimes the amount of information we’re supposed to absorb is ridiculous. My whole body just… stops. It’s this internal click that says: Enough, guys. There’s a thin line between wanting to grow and feeling pushed into thinking in ways that aren’t yours. And isn’t the whole point of all this — spirituality, healing, whatever you want to call it — to actually develop your voice? To connect with your soul and let it lead?

People forget this part: a spiritual path is a physical path too. Your soul sits inside a body. Ignore the body, and half the journey collapses.

Today I woke up overwhelmed, angry, and sad. I’m not going to sugarcoat it. I’m sharing it because I’m human, and being human is messy. Lately I’ve noticed this tendency in “spiritual” spaces to dismiss emotions like anger or sadness, calling them low-vibration or “the ego acting out.” Maybe they sit in the shadow, sure, but that doesn’t make them wrong. They’re messengers. They show up because they have something to say.

So here I am, circling inside the same mental loops — not spirals — that drag me back to the one place I can’t bypass: my body. My feelings. My truth. And maybe that’s the real work. Not escaping the shadow, but learning how to listen when it knocks on the door.

Anger draws a boundary.
Sadness signals loss.
Anxiety asks for safety.

Today I’m choosing something simple: breathe, feel, and let my soul speak in my voice, not the algorithm’s.

(And if you want to understand the difference between a spiral and a loop, the next post this week is for you.)

With love,

Maria Luisa.

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Sobrecargada pero humana

Basta por hoy

No sé si a ti te pasa, pero a veces la cantidad de información que nos cae encima es tan absurda que mi cuerpo simplemente se apaga. Es un “basta, de verdad”, que me sale solo. Hay una línea fina entre querer crecer y sentirte empujada a pensar como piensa todo el mundo. ¿No se supone que el camino es encontrar tu propia voz, conectar con tu alma y dejar que sea ella quien te guíe?

Y siendo honestos, hablamos de “viaje espiritual” como si fuera algo etéreo, pero es profundamente físico. Tu alma vive en un cuerpo. Ignorar cómo se expresa ese cuerpo es dejar fuera la mitad del proceso.

Hoy me siento saturada, enfadada y triste. Lo comparto porque soy humana, igual que tú. Últimamente veo cómo, en muchos espacios “espirituales”, emociones como la rabia o la tristeza se descartan rápido. Se etiquetan como algo “malo”. Y quizá formen parte de la sombra, sí, pero eso no las vuelve equivocadas. Están ahí porque tienen algo que decir.

Así que aquí estoy, atrapada en mis bucles mentales —no espirales— que me devuelven siempre al mismo sitio: mi cuerpo, mis emociones, mi verdad. Y quizá ese sea el verdadero trabajo. No huir de la sombra, sino aprender a escucharla cuando se presenta.

El enfado marca un límite.
La tristeza señala un lugar que duele.
La ansiedad pide seguridad.

Hoy elijo algo sencillo: respirar, sentir y permitir que mi alma hable con mi voz, no con la del algoritmo.

(Y si quieres entender la diferencia entre una espiral y un bucle, te cuento más en el próximo post de esta semana.)

Con amor,

Maria Luisa.